Muchas veces a los adultos y adultas nos extraña que cuando los menores están en la etapa de la preadolescencia o adolescencia no se comuniquen con nosotros. Pero quizá no nos hemos dado cuenta de que es algo que también les tenemos que enseñar.
Coaching familiar y educativo:
De parte a parte
La comunicación es de parte a parte y se trabaja desde pequeños. Muchas veces los mantenemos al margen de nuestra vida personal, laboral,… No les contamos nada sobre nuestro día, nuestras inquietudes, deseos, preocupaciones… y ellos acaban aprendiendo a hacer lo mismo. No se trata de desahogarnos con nuestros hijos, ni de transmitirles de forma dramática o cruda una situación, se trata de hacerlos partícipes de nuestro día a día, adaptando el contenido y el discurso a la edad y las características del niño.
Coaching familiar y educativo:
Pongamos por ejemplo:
Llego el lunes al trabajo y me cuentan que va a haber despidos próximamente. Esto me preocupa y me pone nerviosa y probablemente cuando llegue a casa mis hijos lo van a percibir de alguna manera. Quizá me pregunten qué me pasa, pero no les cuento nada porque no quiero preocuparlos.
Coaching familiar y educativo:
Consecuencias:
Sin darme cuenta estoy enseñando a mis hijos una forma de actuar, un patrón. Ellos van a reproducir ese patrón (que en realidad aunque tiene buena intención, es decir, lo que queremos es proteger) no me beneficia nada en la relación con mis hijos. No les estoy enseñando que pueden hablar conmigo de lo que sea, al contrario, están aprendiendo que hay cosas que es mejor no tratar. Encima les estoy negando un aprendizaje enorme que es que, las preocupaciones, la incertidumbre, el miedo,… forman parte de la vida. Inconscientemente, cuando les ocurra algo que les preocupe, van a sentir que hay algo mal en ellos, porque en su familia nunca han visto algo así y tampoco habrán aprendido a gestionarlo.
Coaching familiar y educativo:
Opciones:
¿Cómo podría hacer entonces? Bueno, pues una opción sería empezar conectando con ellos, preguntándoles por su día. Qué es lo que más les ha gustado, lo que menos. Puedo explicarle a continuación el mío: qué he hecho, con quién he estado, hablado,… Puedo contarles algo divertido de mi día porque: ¡siiii!!! Los padres y las madres también nos lo podemos pasar bien sin ellos, como cuando ellos están con sus amigos sin nosotros y se divierten igual.
Podría también incluir en este caso, eso que me trae de cabeza en este momento, explicándoles que estoy preocupada porque ahora mismo necesitan menos gente en la empresa y algunas personas no van a seguir y no sé si necesitarán que yo siga haciendo mi trabajo allí o no.
Le explicaría también que si me notan más preocupada o un poco nerviosa es normal, es por esto, pero que voy a buscar otras soluciones y si se les ocurre alguna puede ayudarme (Los niños son muy creativos y podemos conseguir quitarle hierro a los asuntos duros con sus maravillosas ocurrencias), además así estaremos trabajando el sentimiento de pertenencia, ya que los estamos incluyendo, teniendo en cuenta en “nuestros asuntos”.
Coaching familiar y educativo:
Tengámoslo en cuenta
Está claro que ninguno queremos que nuestros hijos estén preocupados por nosotros, pero eso también les pasa a los padres de 80 años con hijos de 55. Pero seguramente nos molestaría mucho que nuestros padres no nos mantuviesen al tanto de sus preocupaciones y que de repente un día nos encontrásemos con un hecho que no nos habían comentado.
No es cargarlos de preocupaciones, es no cerrarles los ojos a la vida. La vida está llena de desafíos, les tendremos que enseñar cómo se enfrentan. Este aprendizaje será muy positivo a lo largo de su vida. Así que ganaremos por partida doble, aprenderán a gestionar estos desafíos y tendremos una mejor comunicación.