Todos amamos a nuestros hij@s, queremos lo mejor para ell@s y los educamos (cada uno a su manera) con la mejor intención. De eso no hay duda. Pero a veces caemos en patrones automáticos que pueden repercutir negativamente en los niños y niñas.
Coaching familiar y educativo:
¿A qué llamamos patrones?
En coaching llamamos “patrón” a una forma fija de pensar o actuar. Sabemos que el cerebro busca optimizar su energía, por lo que no invierte tiempo en tomar decisiones ante cada acontecimiento. Simplemente reacciona. En algún momento eligió una fórmula y la repite por inercia.
Estos son tres patrones muy frecuentes y dañinos, que podemos estar utilizando al desconocer sus efectos.
Coaching familiar y educativo:
Retirar el amor
A todos nos suena esta frase: “Si ……………X……….. no te quiero” (Si no te comes la merienda. Si te enfadas. Si le pegas a mamá, …) Da igual el motivo. Estamos condicionando.
Alejarnos física o emocionalmente del niñ@ a modo de castigo, también es retirar el amor.
Quizá se ve más claro si lo llevamos a una relación de pareja. Él o ella nos dice: “Si…………X………… no te quiero” (Si no vamos de vacaciones. Si no tenemos sexo esta noche…). O si la otra persona se fuese de casa o nos dejase de hablar cada vez que nos enfadamos.
Es evidente que esta actitud genera inseguridad, duda y miedo. Como adult@s podemos decidir si aceptamos o no ese tipo de relación, en cambio los niñ@s no pueden. Además, nuestr@s hij@s nos necesitan física y emocionalmente.
Necesitan sentir el amor de forma incondicional. Podemos no aprobar su actitud o no estar de acuerdo con ell@s, podemos estar disgustad@s o enfadad@s, pero es interesante que aprendamos a relacionarnos de una forma menos dañina.
Coaching familiar y educativo:
Etiquetas
- “Es que pareces tont@”
- “No seas pesad@”
- “Qué torpe eres”
- “No sabes hacer otra cosa que jugar a la consola”
- “No estudias nada, vas a suspender todo”
- “Eres un/a histeric@solo sabes gritar”
- “Eres un/a inútil”, …
Estas frases van calando en su cerebro todavía inmaduro y se convierten en identidad o profecías autocumplidas, también llamado “Efecto Pigmalión”. Las etiquetas abren grietas por donde se cuelan las dudas, generando desvalorización personal, falta de confianza y baja autoestima. Para poder creer en sí mism@s necesitan sentir, con certeza, que nosotros creemos en ell@s.
Coaching familiar y educativo.
Comparaciones
A la mayoría de los adultos nos molesta que nos comparen con, por ejemplo, otro compañer@ de trabajo, otra pareja, otra persona de la misma edad… Porque no suele ser para ensalzarnos.
El resultado es similar a los anteriores. En el fondo se asienta la creencia “no valgo”, “no soy suficiente”, que muchos hemos podido identificar de adultos y resulta muy limitante.
Romper esos patrones es muy liberador para padres/madres e hij@s. Requiere práctica y existen maneras para trabajarlo como la CNV (Comunicación no violenta desarrollada por Marshall Rosenberg) por ejemplo. Pero el solo hecho de ser conscientes de cómo nos relacionamos con ell@s, suele ser de gran ayuda.
Caer en actitudes tóxicas puede resultar muy fácil si es el camino que nuestro cerebro conoce, pero podemos encontrar nuevas rutas y ayudar a nuestros hij@s a que se sientan mejor consigo mismo y con nosotros.