Romper el tabú del puerperio

“Todo parecía estar bien, él estaba sano, ella en principio también. Se supone que debería estar dando saltos de alegría y no llorando a oscuras en su habitación.”

Verónica Fernández López

Hoy quiero hablaros de una experiencia muy personal: la primera vez que sentí de cerca las emociones que afloran después del parto, de su impacto y del juicio al que están sometidas.

Solo la comprensión personal y social, puede ayudar a que todas las mujeres vivan este proceso de una forma libre y sana.

Posparto, maternidad y familia

La Experiencia

Recuerdo que tenía 17 años. Fui a casa de mi hermana a pasar un ratito con ella y mi nuevo sobrino. Timbré al telefonillo, subí las escaleras y cuando llegué arriba la puerta estaba abierta. Todo estaba en silencio y aunque era mediodía no había nada de luz en casa. Todas las persianas estaban bajadas. Me sentí un poco incómoda y empecé a llamar a mi hermana. 

-Marta ¿dónde estás?

– Aquí

La voz parecía de ultratumba, hablaba bajito entre suspiros.

Le pregunté:

-¿Qué te pasa?!

-No lo sé ….

Yo no entendía por qué estaba llorando, tenía a un niño precioso, con unos ojos azules gigantes. Todo parecía estar bien, él estaba sano, ella en principio también. Se supone que debería estar dando saltos de alegría y no llorando a oscuras en su habitación.

Yo era muy joven y no, no sabía lo que estaba pasando. Lo peor, es que ella tampoco lo sabía.

Puerperio, maternidad y familia

Romper el tabú

Tenemos un propósito: desmitificar la maternidad y sacar a la luz las verdades incómodas que las mujeres llevan años callando.

Queremos que las mujeres se sientan libres para expresarse sin sentirse juzgadas y sin juzgarse a sí mismas. Libres para dejarse atravesar por la emoción, sin culpa. Libres para vivir su propio proceso, porque lo que no se entiende, es que todo lo que ocurre en este momento tiene un para qué.

En las formaciones de puerperio les damos la “bienvenida al inframundo”. Y es que, al parir, nos abrimos a otra realidad. Surge nuestra parte animal e irracional con mucha fuerza. Aparece lo más primitivo e instintivo, con el único propósito (inconsciente) de cuidar, proteger y sacar adelante a nuestras crías.

Nuestro instinto pulsa por salir todo el rato. Pero estamos tan condicionadas y adiestradas, que no conectamos con nuestro propio cuerpo, con nuestras emociones que nos gritan que saben cuál es el camino.

Cuando menos lo esperamos reaccionamos de una forma desproporcionada, visceral. Y rápidamente vuelve el consciente para ponernos en nuestro sitio y sentimos culpa, vergüenza. Muchas veces no nos reconocemos a nosotras mismas y eso nos hace sentir peor.

Sospecho que parte de la tristeza que arrastran muchas mujeres en el puerperio, viene de ahí, de no darse permiso para ser lo que necesitan en ese momento, de reprimirse, de contenerse.

Y es que poco se habla de esto, de la tristeza.

Posparto, maternidad y familia

Emociones: la tristeza

Pero cómo vamos a hablar de tristeza si se acaba de cumplir un sueño, si todo parece estar bien, si tenemos salud. No tiene ningún sentido.

Así nos habla nuestro lado racional y cuando nos preguntan ¿Qué tal estas? la respuesta casi siempre es la misma: “bien”. Ni siquiera entre nosotras nos atrevemos a hablar de esto.

Queremos que las madres pero también el entorno, entienda que estos episodios de tristeza son muy frecuentes. Que además de las hormonas, los cambios físicos, mentales y las emociones (que están a todo lo que dan), también hay un duelo por la antigua vida.

Se necesita comprensión, apoyo, escucha y cero juicio.

A veces esa tristeza va más allá. A veces aparece lo que comúnmente se llama depresión posparto.

Si no sientes nada (ni alegría ni tristeza) o sientes una tristeza constante, si esa tristeza está durando demasiado tiempo, si no estás pudiendo ejercer tu función como madre atendiendo a las necesidades de tu bebé, si tampoco puedes atender las tuyas propias, si no estás disfrutando nada de tu hijo o hija, por favor, háblalo con los tuyos.

Buscad un profesional de la psicología que os pueda ayudar. Recuerda que esto tiene solución.

Comparte tu experiencia para ayudar a otras madres y confía.